sábado, 24 de octubre de 2009

MICROCLASE

Estimado estudiante,

Le recuerdo que la que para la semana del 26/10/09 al 30/10/09 se evaluará la Microclase que está contemplada en nuestro contrato de aprendizaje.

Le recomiendo llevar (por grupo) la hoja de los criterios a evaluar con los nombre de los participantes.

Saludos.

viernes, 16 de octubre de 2009

ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS EN UN PÁRRAFO

Los textos escritos están estructurados para transmitir las ideas de la persona que los ha redactado. Si se analiza uno de ellos observarás que está dividido en partes. Cada una de estas partes se denomina párrafos, comienzan con mayúscula y terminan con un punto y aparte. Su extensión debe ser equilibrada y adecuada para mostrar una imagen que invite a leer, es importante entender que debe ser ordenado correctamente para visualizar la coherencia del texto.
Lo esencial del párrafo es que todo él gira alrededor de una idea, en general es así, aunque pueden presentarse algunas excepciones...Al enfrentarnos a un párrafo lo primero que debemos hacer es considerarlo como una unidad de pensamiento. A través de las distintas palabras y frases que lo componen debemos estar pendientes de encontrar cuanto antes la idea básica, fundamental, que el autor nos ha querido comunicar
La Idea Principal
La idea o frase principal, normalmente viene expresada en una de las frases del párrafo y alrededor de ella de una manera natural y lógica se agrupan las otras frases para ampliar, concretar o presentar diversos aspectos referentes a la idea central.
La habilidad del lector consiste en descubrir de un modo rápido y seguro cuál es la idea central y la frase que la representa.
No siempre la idea central está colocada al principio del párrafo, pues puede encontrarse en medio o al final del mismo.
Ubicación de la idea o Frase Principal.
- Al inicio del párrafo: su lectura es más fácil, no hay que esforzarse en buscarla a través de todo el párrafo. A la luz de esa idea se pueden leer las demás frases con gran rapidez y facilidad de comprensión, pues las otras ideas confirman o explanan lo que se ha dicho en primer término.
- Al final del párrafo: el lector encontrará que ella viene a ser como la afirmación definitiva o la conclusión general de todo el párrafo y las otras frases lo que hacen es preparar el terreno por medio de consideraciones y afirmaciones parciales que apuntan, progresivamente, hacia la conclusión final. Es como una maduración interna del pensamiento, que llegado el momento oportuno, puede ya expresarse de un modo pleno y total. El lector debe estar con su mente alerta y a la espera de que aparezca una frase crucial que resumirá y complementará todo el esfuerzo precedente, dándole su pleno sentido y significado.
- En el medio del párrafo: el pensamiento estará desarrollado, en general, a manera de un movimiento pendular, pues la primera parte del párrafo será un preámbulo o una preparación que culminará con la aparición de la idea central. La segunda parte será una prolongación de esta idea a modo de aclaraciones, confirmaciones o consecuencias.
Algunos párrafos no contienen más que una idea y una sola frase, pero la mayoría de los párrafos están compuestos por un conjunto de diversas frases. Ya hemos explicado que la frase principal es la que suele expresar la idea del autor de un modo más claro y total que el resto, contiene la idea central del párrafo.
Cuando se localiza la frase principal nos ponemos en posesión del núcleo central del párrafo, es captar de inmediato su esencia misma, nos da la posibilidad de comprender acertadamente el valor y alcance de las diversas partes complementarias que lo integran.
Las ideas o frases secundarias.
Son aquellas que sirven al autor para explanar de un modo más detallado todos los aspectos e implicaciones que éste tiene en la mente cuando escribe la frase principal. Para perfeccionar el modo de leer cada párrafo es muy útil tener una idea clara, para poder entonces obtener las demás frases del párrafo, las frases secundarias, que pueden ir ampliando, desarrollando o matizando la idea expuesta en la frase principal.
Maneras de explanar la idea central a través de las secundarias:
1.- Por repetición: Se mantiene el mismo contenido de la frase principal, variando simplemente las palabras. Se establece la idea central en la primera frase y se suele terminar con otra frase semejante a la primera, en la que, a modo de conclusión, se vuelve a repetir la idea fundamental. También éste tipo de frases se pueden encontrar en cualquier otra parte del párrafo.
2.- Por contraste: Estas frases son muy eficaces para resaltar la idea central. El autor quiere impresionarnos y dejar bien claro cuál es su verdadero pensamiento, indicando y rechazando de plano lo que no es su pensamiento.
3.- Por ejemplificación: Los ejemplos sirven para hacer comprender el alcance de la idea principal a través de casos y aplicaciones concretas. Los ejemplos pueden pasarse por alto cuando existe una verdadera comprensión de la idea central, pero en la práctica, los ejemplos son las mejores ayudas para llegar a comprender de verdad lo que iba implicado en la afirmación general.
4.- Por justificación: Este tipo de frases contiene razones o argumentos que apoyan la afirmación establecida en la frase principal. Ayudan a su mejor comprensión, en el sentido de que una idea se siente más profundamente en la medida que conocemos mejor cuáles son los fundamentos lógicos o racionales que le sostienen y apoyan.
Localización de la frase principal
Para localizar con mayor facilidad la frase principal, se puede aplicar la siguiente técnica:
1.- Lo que se debe observar primero es cuál es la palabra que más se repite y que domina todo el párrafo. Esta palabra representará un objeto, una persona o una cualidad, algo en torno a lo cual gira toda la exposición. Algunas veces, el autor no siempre utiliza la misma palabra sino sinónimos o, en algunas frases, emplea pronombres. Lo importante es darse cuenta de que en todos esos casos se está refiriendo siempre a la misma idea, al mismo objeto.
2.- Después de localizar esta palabra nos encontramos en condiciones de ubicar la frase central del párrafo. En general, todas las frases tendrán alguna relación con la palabra clave, pues todo el párrafo gira alrededor de la misma. Pero la cualidad básica de la frase principal es siempre su carácter global o de inclusividad. En cierto modo, ella encierra en sí misma todo lo que se expone en las demás frases.
3.- La frase principal será, pues, aquella donde se establece la afirmación más amplia, más general y que puede considerarse como el resumen de todas las demás.
Comprobación de la frase principal.
Para asegurarse de que la elección ha sido correcta existen dos medios de ayuda:
1.- Suprimir la frase principal: al hacerlo se notará que el párrafo queda truncado o incompleto; no aparece claro el significado del mismo como conjunto. Mientras que si se suprime una frase secundaria, apenas variará el sentido general.
2.- Leer una por una las restantes frases del párrafo y, antes o después de cada una, repetir de nuevo la frase principal. Si la elección fue acertada veremos como cada una de las frases se relaciona de un modo natural con la frase central, formando ambas un todo bien lógico y coherente.
Estimado estudiante, se le recomienda leer el tema presentado para realizar en clases unos ejercicios. (19-10-09 al 23-10-09)
Saludos.



sábado, 10 de octubre de 2009

ESTRATEGIAS DE COMPRENSIÓN LECTORA

Las inferencias

Uno de los hallazgos más comunes de los investigadores que estudian el proceso de comprensión lectora es que el hacer inferencias es esencial para la comprensión (Anderson y Pearson, 1984). Las inferencias son el alma del proceso de comprensión y se recomienda enseñar al estudiante a hacerlas desde los primeros grados hasta el nivel universitario, si fuese necesario.

¿Qué es una inferencia? De acuerdo con Cassany, Luna y Sanz "es la habilidad de comprender algún aspecto determinado del texto a partir del significado del resto. Consiste en superar lagunas que por causas diversas aparecen en el proceso de construcción de la comprensión" (p.218). Esto ocurre por diversas razones: porque el lector desconoce el significado de una palabra, porque el autor no lo presenta explícitamente, porque el escrito tiene errores tipográficos, porque se ha extraviado una parte, etc. Los lectores competentes aprovechan las pistas contextuales, la comprensión lograda y su conocimiento general para atribuir un significado coherente con el texto a la parte que desconoce. Por ejemplo, si desconoce el significado de una palabra, leerá cuidadosamente y tratará de inferir el significado de la misma en el contexto.

La formulación de hipótesis y las predicciones

La lectura es un proceso en el que constantemente se formulan hipótesis y luego se confirma si la predicción que se ha hecho es correcta o no. Hacer predicciones es una de las estrategias más importantes y complejas. Es mediante su comprobación que construimos la comprensión. Solé (1994) postula que las predicciones consisten en establecer hipótesis ajustadas y razonables sobre lo que va a encontrarse en el texto, apoyándose en la interpretación que se va construyendo del texto, los conocimientos previos y la experiencia del lector. (p.121). Smith (1990) nos dice al respecto: La predicción consiste en formular preguntas; la comprensión en responder a esas preguntas"(p.109). Al leer, al atender a un hablante, al vivir cada día, estamos constantemente formulándonos preguntas. En la medida en que respondemos a esas interrogantes, en la medida en que no nos quedamos con ninguna incertidumbre, estamos comprendiendo.

Cuando nos proponemos leer un texto, los elementos textuales (del texto) y los contextuales (del lector) activan nuestros esquemas de conocimiento y sin proponérnoslo anticipamos aspectos de su contenido. Formulamos hipótesis y hacemos predicciones sobre el texto (¿Cómo será?; ¿Cómo continuará?; ¿Cuál será el final?) Las respuestas a estas preguntas las encontramos a medida que vamos leyendo.

Lo que hemos anticipado o dicho que va a suceder debe ser confirmado en el texto y para esto es necesario buscar la evidencia en el texto. No podemos inventar. Para lograr confirmar nuestras hipótesis buscaremos pistas de todo tipo: gramaticales, lógicas y culturales con tal de comprobarla la certeza de nuestra previsión. Cuando hacemos predicciones corremos riesgos, ya que hacer una predicción no implica exactitud en lo que formulamos.

Al leer, al vivir cada día estamos constantemente formulándonos preguntas y en la medida en que esas interrogantes son respondidas y en la medida en que no nos quedamos con ninguna duda, estamos comprendiendo.

La anticipación

La anticipación es una capacidad básica de la comprensión. El éxito de una lectura depende en buena parte de todo lo que hayamos podido prever antes de leerla: de la información previa que poseemos y podemos activar, de la motivación para leer, de las expectativas que nos hemos planteado sobre el texto. (Cassany, D. 1994).

Partiendo de este concepto te invitamos a pensar en lo que haces cotidianamente antes de iniciar la lectura del artículo de una revista, del periódico o un cuento. Es posible que cuando leas el título y aprecies las fotografías puedas descubrir de qué se trata el texto y éstas permitan que te adelantes al contenido del escrito.

Seguramente lo que pensaste no era lo correcto en relación al contenido, razón por la que después te corresponde comprobar mientras vas leyendo si son ciertas o no.

Por lo tanto, anticipar es: predecir el contenido de lo que vas a leer o de lo que estas leyendo. Puedes realizarlas, a partir de las ilustraciones del texto, después de leer el título del material o después de leer el primer párrafo.

También es conveniente plantearse preguntas como por ejemplo: ¿Qué significa el título?, ¿De qué tratará el escrito?, ¿Significará otra cosa?, ¿Qué tipo de texto será?, etc. Este tipo de preguntas estimulan el pensamiento y la producción de ideas.

Generalización

Entre los procesos que garantizan la comprensión de la lectura, figura la generalización como mecanismo central que permite transferir los conocimientos adquiridos a partir del encuentro con un texto y su significado a otros contextos y otras situaciones similares.

Este proceso de transferibilidad de la información concuerda directamente con la naturaleza misma del pensamiento y constituye un complejo sistema en el que intervienen estilos de aprendizaje, esquemas de conocimiento así como los conocimientos previos del aprendiz-lector.

Generalizar, además de constituir un mecanismo de supervivencia en el contexto de la vida cotidiana de los seres humanos, permite la configuración de esquemas de pensamiento útiles para comprender la utilidad de modelos, para dar sentido a ejemplos propuestos y para buscar la significación de los contenidos de alguna lectura a la realidad o al contexto inmediato de quien lee.

En conclusión, la generalización es una estrategia de pensamiento perfectamente aplicable a la lectura, consiste en abstraer lo que es característico de muchos elementos, permitiendo que se pueda formar un concepto único que los incluya a todos. Este ejercicio se basa en el análisis y comparación, requiere de mucha atención, para que no se deje por fuera ninguna característica esencial de cada elemento.

Es preciso estar seguro de que se ha comprobado con exactitud lo que se manifiesta. Se recomienda emplear expresiones que no totalicen, como por ejemplo: por lo general, casi siempre, muchas veces, frecuentemente, para evitar afirmaciones carentes de fundamento.

La generalización una estrategia de pensamiento perfectamente aplicable a la lectura.

La paráfrasis

La paráfrasis consiste en una explicación o en la interpretación de un texto con palabras propias para hacerlo más comprensible. Se puede dar el caso que se utilicen algunas ideas de un autor y agregar otras personales.

Esta herramienta la podemos emplear para resumir el contenido de una exposición o cuando las ideas de un autor no están muy claras, en este caso específico se utiliza la paráfrasis para elaborar una redacción propia de acuerdo a nuestro estilo particular de escritura.

El ejercicio de esta habilidad de lectura es bastante útil para fijar los conocimientos, hacer resúmenes, escribir ensayos, pero también puede darse el caso de que se pongan en tela de juicio sus apreciaciones, y puedan interpretarse como un plagio de las ideas de un autor.

Plagiar es copiar textualmente las ideas, puntos de vista, apreciaciones, expresiones de un autor, haciéndolas pasar por propias, sin reconocer su tutoría. En consecuencia, estimado estudiante, te recomendamos que al parafrasear no alteres las ideas originales del texto que leíste o de una exposición a la que asististe, pues se podrían generar errores de interpretación y esto cambiaría por completo el sentido de lo que quieres expresar

Te recomendamos organizar un plan de acción a la hora de realizar una paráfrasis, por ejemplo: Lee varias veces el texto que desees parafrasear, escribe un esquema o borrador, comprueba que las expresiones utilizadas plasmen los puntos de vista del autor; manteniendo así el sentido del contenido original del texto y por último, comienza a escribir tu paráfrasis. Un ejemplo de paráfrasis es el siguiente:

Texto original

Aquel ósculo dejó impávida a la joven mientas que su admirador quedó estupefacto. La utópica empresa de aquel adolescente se había consolidado: pudo llegar a rozar el rostro de su amada

Texto parafraseado

En el texto se plantea un encuentro en el que una joven queda serena, libre de pavor, ante un beso en el rostro que le da un tímido adolescente inocentemente enamorado. También se refleja en el escrito la actitud del joven ante su hazaña.

RECUERDA: Por medio de la paráfrasis, puedes apropiarte de nuevas ideas y nuevos conocimientos para expresarlos con tus propias palabras

K W L

Esta estrategia, desarrollada por Donna Ogle, toma su nombre de las iniciales de las palabras en inglés que la definen: K (What do I know? ¿Qué sé?); W (What do I want? ¿Qué quiero aprender?); L (What have I learned? ¿Qué he aprendido?). Estas preguntas llevan a los estudiantes a activar el conocimiento previo y a desarrollar interés por la lectura antes de comenzar a leer el texto.

Estimado estudiante;

Se le recomienda leer el tema presentado y llevarlo impreso a la próxima clase. (14/10/09 al 16/10/09)

Saludos.

jueves, 1 de octubre de 2009

ESTRATEGIAS PARA LA COMPRENSIÓN DE TEXTOS ESCRITOS.

Autores como Linden y Whimbey (1990) afirman que para mejorar la comprensión de la lectura deben seguirse tres pasos:

Paso 1.- Leer cuidadosamente para captar todo el significado

Se ha encontrado que los buenos lectores leen de modo diferente a quienes no lo son. Así, los BUENOS LECTORES interpretan cuidadosamente cada palabra y van paso a paso a lo largo del texto, construyen su significado, mientras que los LECTORES DEFICIENTES saltan material, toman hechos simples aquí y allá y llegan a conclusiones incorrectas cuando tratan de responder preguntas.

Cuando usted lea, extraiga el total significado de cada palabra y frase, trate de establecer asociaciones mentales que le ayuden a interpretar términos y capte vívidamente las ideas.

Un procedimiento útil para que los estudiantes mejoren la lectura consiste en realizar ejercicios de comprensión en pareja, en la forma siguiente: leer el texto y responder las preguntas individualmente, cada uno por su lado; comparar las respuestas y, si encuentran diferencias, explicarlas uno al otro; no consulten a sus maestros, ni tampoco a la clave de respuestas (cuando las haya). En vez de hacer eso, relean el texto y precisen cuál fue la información en la que basaron sus respuestas. Esto les permitirá mejorar la habilidad para comprender ideas complicadas y para responder correctamente las preguntas.

Paso 2.- Incrementar el vocabulario

Por muy buena que sea su habilidad analítica, un vocabulario reducido le impedirá aprovechar al máximo la lectura de textos, publicaciones profesionales e, incluso, revistas populares. Cuando no se conoce el significado de muchas palabras en un trozo, uno se va confundiendo cada vez más al leerlo. Es necesario tener un vocabulario amplio si se quiere tener éxito en los estudios y en la vida profesional.

Estos autores plantean que cada lector puede elaborar su propio programa para mejorar su vocabulario, tomando en consideración los siguientes aspectos: conocer las partes o raíces de las palabras y los significados de prefijos y sufijos que las componen, realizar ejercicios de vocabulario; leer mucho para captar el contexto y construir vocabularios especializados.

Paso 3.- Leer ampliamente sobre los diferentes temas y áreas del conocimiento

Cuando leemos libros científicos como de física, economía, biología y ciencias políticas lo hacemos de una manera semejante; debemos comprender las explicaciones de procesos, relaciones causales, clasificaciones y otras. La diferencia fundamental radica en el vocabulario y en el conocimiento previo de cada área. Así por ejemplo, ¿qué significa la palabra vector? En biología, es “un organismo que transporta material infectado de una parte a otra”. Por ejemplo: la mosca es un vector de muchas enfermedades infecciosas, porque al posarse en materiales infectados como: heces, esputos, alimentos en descomposición transportan microorganismos que al tener contacto con los alimentos a consumir o con la piel producen enfermedades. En cambio, en física, un vector es “una cantidad física con magnitud y dirección tal como la velocidad o la fuerza”.

Familiarizarse con el vocabulario de diferentes campos y con los conceptos subyacentes es importante y sólo es posible si leemos bastante. Además de los libros de texto exigidos para las clases, conviene leer revistas, periódicos, novelas, páginas de Internet, etc. Para ejercitar las habilidades lectoras y aumentar el vocabulario. Por supuesto, tener un diccionario a mano y consultar toda palabra que resulte dudosa o desconocida contribuirá enormemente a este fin.

Para el CENAMEC (2000), las estrategias son formas específicas de organizar nuestros recursos (tiempo, pensamientos, habilidades, sentimientos, acciones) para obtener resultados consistentes al realizar una tarea. Las estrategias siempre están orientadas hacia una meta positiva. Para tener éxito en una tarea es necesario creer que uno es capaz de hacerla, que merece la pena hacerla y estar dispuesto a invertir toda la práctica y preparación necesaria para su realización. En el caso de las estrategias de lectura, muchas de ellas se realizan en forma inconsciente, sin embargo resulta importante resaltarlas a nivel consciente si se desea mejorarlas; algunas de ellas son:

a) Identificar la idea central, las ideas que la sustentan y las relaciones entre ellas.

b) Fijar la atención conscientemente en todo el texto.

c) Subrayar ideas importantes

d) Recordar la secuencia de lo leído

e) Clarificar los propósitos de la lectura

f) Identificar aspectos importantes de un mensaje escrito

g) Centrar la atención en las ideas principales y no en los detalles

h) Elaborar la información que le interesa utilizando sus propias palabras para reconstruirla y recordarla mejor (parafrasear).

i) Formular preguntas a lo largo de la lectura, sobre el contenido del texto, para determinar si los objetivos se están cumpliendo

j) Tomar acciones correctivas cuando se detectan fallas en la comprensión

k) Activar y aportar a la lectura conocimientos previos pertinentes

l) Elaborar y probar inferencias: interpretaciones, predicciones, hipótesis y conclusiones

m) Resumir, sintetizar y extender el conocimiento obtenido mediante la lectura

n) Representar algunas ideas en forma de imágenes visuales

o) Asociar ideas del texto con información ajena a él

p) Resaltar partes del contenido con algún evento de la vida diaria, personal

q) Resaltar algunos elementos para unirlos en una idea final

r) Comparar párrafos, ideas, hechos, eventos para contrastar información a medida que se lee.

s) Extraer una conclusión al finalizar la lectura.

De estas estrategias merece destacarse la formulación de preguntas por su importancia para:

* Generar procesos cognitivos

* Ayudar a los estudiantes a descubrir lo que ocurre en su mente al reflexionar sobre dichos procesos

* Activar conocimientos previos

* Reflexionar sobre las estrategias aplicadas en el proceso de comprensión

* Concienciar procesos cognitivos que se mantenían inconscientes

* Fomentar la transferencia de los aprendizajes.

Finalmente también Gil (2000) coincide con los autores ya mencionados e insiste en que la lectura debe ser estratégica, es decir, constituirse en base a técnicas que hagan del contenido de la lectura algo significativo, integrado y transferible. Él las resume en;

Metacognición

Experiencias previas

Inferencias

Desarrollo del vocabulario

Organización del texto

Estimado Estudiante;

Se le recomienda leer el tema presentado y llevarlo impreso para trabajarlo en la clase del 05/10/09 al 09/10/09


COMPRESIÓN LECTORA

La enseñanza de la comprensión lectora

De acuerdo con María Eugenia Dubois (1991), si se observan los estudios sobre lectura que se han publicado en los últimos cincuenta años, podemos darnos cuenta de que existen tres concepciones teóricas en torno al proceso de la lectura. La primera, que predominó hasta los años sesenta aproximadamente, concibe la lectura como un conjunto de habilidades o como una mera transferencia de información. La segunda, considera que la lectura es el producto de la interacción entre el pensamiento y el lenguaje. Mientras que la tercera concibe la lectura como un proceso de transacción entre el lector y el texto.

La lectura como conjunto de habilidades o como transferencia de información

Esta teoría supone el conocimiento de las palabras como el primer nivel de la lectura, seguido de un segundo nivel que es la comprensión y un tercer nivel que es el de la evaluación. La comprensión se considera compuesta de diversos subniveles: la comprensión o habilidad para comprender explícitamente lo dicho en el texto, la inferencia o habilidad para comprender lo que está implícito y la lectura crítica o habilidad para evaluar la calidad de texto, las ideas y el propósito del autor. De acuerdo con esta concepción, el lector comprende un texto cuando es capaz precisamente de extraer el significado que el mismo texto le ofrece. Esto implica reconocer que el sentido del texto está en las palabras y oraciones que lo componen y que el papel del lector consiste en descubrirlo.
La lectura como un proceso interactivo
Los avances de la psicolingüística y la psicología cognitiva a finales de la década del setenta retaron la teoría de la lectura como un conjunto de habilidades. A partir de este momento surge la teoría interactiva dentro de la cual se destacan el modelo psicolingüístico y la teoría del esquema. Esta teoría postula que los lectores utilizan sus conocimientos previos para interactuar con el texto y construir significado
La lectura como proceso transaccional

Esta teoría viene del campo de la literatura y fue desarrollada por Louise Rosenblatt en 1978 en su libro "The reader, the text, the poem". Rosenblatt adoptó el término transacción para indicar la relación doble, recíproca que se da entre el cognoscente y lo conocido. Su interés era hacer hincapié en el proceso recíproco que ocurre entre el lector y el texto (Dubois, 1991). Dice Rosenblatt al respecto: "Mi punto de vista del proceso de lectura como transaccional afirma que la obra literaria ocurre en la relación recíproca entre el lector y el texto. Llamo a esta relación una transacción a fin de enfatizar el circuito dinámico, fluido, el proceso recíproco en el tiempo, la interfusión del lector y el texto en una síntesis única que constituye el significado ya se trate de un informe científico o de un "poema" (Rosenblatt, 1985, p.67).

El proceso de la lectura

El proceso de la lectura es uno interno, inconsciente, del que no tenemos prueba hasta que nuestras predicciones no se cumplen; es decir, hasta que comprobamos que en el texto no está lo que esperamos leer. (Solé, 1994) Este proceso debe asegurar que el lector comprende el texto y que puede ir construyendo ideas sobre el contenido extrayendo de él aquello que le interesa. Esto sólo puede hacerlo mediante una lectura individual, precisa, que le permita avanzar y retroceder, que le permita detenerse, pensar, recapitular, relacionar la información nueva con el conocimiento previo que posee. Además deberá tener la oportunidad de plantearse preguntas, decidir qué es lo importante y qué es secundario .Solé (1994), divide el proceso en tres subprocesos a saber: antes de la lectura, durante la lectura y después de la lectura. Existe un consenso entre todos los investigadores sobre las actividades que los lectores llevan a cabo en cada uno de ellos. Solé recomienda que cuando uno inicia una lectura se acostumbre a contestar las siguientes preguntas en cada uno de las etapas del proceso.

Antes de la lectura

¿Para qué voy a leer? (Determinar los objetivos de la lectura)

1. Para aprender.

2. Para presentar un ponencia.

3. Para practicar la lectura en voz alta.

4. Para obtener información precisa.

5. Para seguir instrucciones.

6. Para revisar un escrito.

7. Por placer.

8. Para demostrar que se ha comprendido.¿Qué sé de este texto? (Activar el conocimiento previo)¿De qué trata este texto? ¿Qué me dice su estructura? (Formular hipótesis y hacer predicciones sobre el texto)

Durante la lectura

1. Formular hipótesis y hacer predicciones sobre el texto

2. Formular preguntas sobre lo leído

3. Aclarar posibles dudas acerca del texto

4. Resumir el texto

5. Releer partes confusas

6. Consultar el diccionario

7. Pensar en voz alta para asegurar la comprensión

8. Crear imágenes mentales para visualizar descripciones vagas

Después de la lectura

1. Hacer resúmenes

2. Formular y responder preguntas

3. Recontar

4. Utilizar organizadores gráficos

Pearson, Roehler, Dole y Duffy (1992) afirman que el concepto de comprensión basado en la teoría del esquema ha sido la base de la mayor parte de su trabajo sobre el proceso de comprensión que utilizan los lectores competentes o expertos, los factores que separan los expertos de los principiantes y los métodos que utilizan los docentes para promover o mejorar la comprensión. Sus investigaciones han demostrado que los lectores competentes poseen unas características bien definidas. Éstas son:

1. Utilizan el conocimiento previo para darle sentido a la lectura.Pearson et al (1992) afirman que las investigaciones que se han realizado con adultos, niños, lectores competentes y lectores en formación arrojan la misma conclusión: la información nueva se aprende y se recuerda mejor cuando se integra con el conocimiento relevante previamente adquirido o con los esquemas existentes.

2. Monitorean su comprensión durante todo el proceso de la lectura. Monitorear es un mecanismo primario que utilizan los lectores para lograr el sentido de lo que leen. Siempre hemos sabido que los buenos lectores son más cuidadosos en su lectura que los que no lo son. Que también son más conscientes de cuán bien o cuán mal están leyendo y utilizan diversas estrategias para corregir sus errores de lectura una vez se dan cuenta de la situación. La evidencia presentada en las investigaciones que se han llevado a cabo indican que el monitoreo de la comprensión es lo que distingue al lector competente, del que no lo es. Otra característica del lector competente relacionada con la función de monitorear es que éste corrige y regula la comprensión del texto tan pronto detecta que hay problemas.

3. Toman los pasos necesarios para corregir los errores de comprensión una vez se dan cuenta que han interpretado mal lo leído. Los buenos lectores saben lo que hay que hacer tan pronto se dan cuenta que no entienden lo que están leyendo. Cuando la lectura es difícil dedican más tiempo a la misma, contrario a los menos competentes o con déficit que dedican el mismo tiempo a la lectura independientemente de su nivel de complejidad. Otra estrategia que utilizan los lectores competentes es que están dispuestos a volver al texto para resolver cualquier problema de comprensión.

4. Pueden distinguir lo importante en los textos que leen. Determinar qué es importante en una lectura es fundamental en el proceso de comprensión. ¿Cómo se diferencia lo importante de lo que no lo es? Williams (1986,b); Tierney y Cunningham (1984) y Winograd y Bridge (1986) hacen una distinción entre lo que es importante para el autor y lo que es importante para el lector. Los lectores determinan lo que es importante para ellos dependiendo del propósito de su lectura (Pchert y Anderson, 1977).

5. Resumen la información cuando leen. Muchos estudios confirman la utilidad de resumir como una estrategia de estudio y de comprensión de lectura.

6. Hacen inferencias constantemente durante y después de la lectura.Uno de los hallazgos más comunes en los investigadores que estudian el proceso de comprensión lectora es que el hacer inferencias es esencial para la comprensión (Anderson y Pearson, 1984).

7. Preguntan. Este proceso de generar preguntas, sobre todo las que estimulan los niveles superiores del conocimiento, llevan a niveles más profundos del conocimiento del texto y de este modo mejora la comprensión y el aprendizaje (Andre y Anderson, 1979).El uso autónomo y eficaz de las estrategias de comprensión que acabamos de mencionar va a permitir a los estudiantes:

1. Extraer el significado del texto completo o de las diferentes partes que lo componen.

2. Saber dirigir su lectura avanzando o retrocediendo en el texto para adecuarlo al ritmo y las capacidades necesarias para leer correctamente.

3. Conectar los nuevos conceptos con los conocimientos previos para así poder incorporarlos a sus esquemas. (Serra Capallera y Oller Barnada, 1977).

Estimado Estudiante;

Se le recomienda leer el tema presentado y llevarlo impreso para trabajarlo en la clase del 05/10/09 al 09/10/09



TÉCNICAS PARA MEJORAR LOS HÁBITOS DE LECTURA:

Nos permitiríamos dar los siguientes consejos a un lector imaginario.

Propóngase mejorar sus hábitos de lectura. Primeramente verifique su capacidad para leer. Haga el siguiente experimento. Seleccione un libro sobre una materia que le interese.

Busque una sección que no contenga ilustraciones, tablas o números. Lea silenciosamente durante tres minutos. Al terminar la lectura cuente el número de palabras leídas en ese espacio de tiempo. El lector medianamente rápido lee de 300 a 350 palabras por minuto. Si su promedio cae por debajo del promedio aquí señalado, no hay duda de que hay algo malo en sus hábitos de lectura. Decídase a corregir sus deficiencias. Trate de leer por frases u oraciones y no por palabras. La causa principal para la lentitud en la lectura está en dar movimientos muy cortos a los ojos. Trate de leer por frases u oraciones completas con el menor número de movimientos de la vista. No pronuncie las palabras ni permita que sus labios se muevan mientras lee. Trate de no volver atrás a lo que haya leído; acostúmbrese a mover la vista rápidamente, siempre hacia delante, sin ir y venir en la misma línea. La poca luz y la escasa ventilación obligan al lector a incurrir en movimientos que le distraen la vista de la lectura. Trate de corregir hasta donde sea posible esta situación.

Aplicando las sugerencias arriba mencionadas, relea varias veces trozos similares a los ya recomendados, midiendo su velocidad una y otra vez, hasta que note mayor rapidez.

La rapidez en la lectura está forzosamente subordinada a la capacidad de entender lo que se lee. El investigador debe poseer la destreza de resumir en sus propias palabras lo que ha leído, siendo siempre fiel a las ideas vertidas en el original. De no poder hacerlo así hay que corregir esa deficiencia inmediatamente. Un medio efectivo para conseguir un mejor nivel de comprensión es el de leer y resumir lo leído varias veces. Repita esa actividad con frecuencia. Empiece con material conocido y fácil de entender y vaya escogiendo lecturas más difíciles gradualmente.

Lea con una actitud crítica, esto es, aprenda a no aceptar todo lo que lee como una gran verdad. Procure distinguir los hechos de las opiniones vertidas por el autor. Para poder hacer un juicio crítico el lector debe: (1) entender perfectamente el problema o los problemas que presenta el autor, (2) ver qué problemas han sido resueltos y cuáles han quedado sin solución, y (3) distinguir los datos de las opiniones expuestas por el autor.

Si usted cree que puede cubrir estas tres etapas al terminar la lectura, estará preparado para formar un juicio sobre lo que ha leído.

Defectos comunes en la lectura

Hay cierto número de hábitos que los malos lectores adoptan, y que por lo regular implican un movimiento innecesario del cuerpo, durante el proceso de lectura. En una lectura eficiente, los músculos oculares harían sólo un movimiento externo. Por supuesto, debe haber una vigorosa actividad mental, pero los movimientos innecesarios, como el de los labios o señalar con un dedo, no ayudan a la lectura y a menudo disminuyen su velocidad.

Señalar palabras

Un defecto que se observa a menudo en los lectores que tratan de concentrarse es señalar las palabras con un dedo, lápiz o regla. Los niños de corta edad y los lectores muy malos, a menudo marcan con un dedo cada palabra que leen, los que han adquirido un poco más de destreza colocan a veces un lápiz o una regla debajo del renglón que están leyendo. Si bien esta técnica puede ser de ayuda para los principiantes, es completamente innecesaria para lectores normales. Además de hacer más lenta la lectura por el mero movimiento mecánico del lápiz, regla o dedo, tiende a desviar la atención del texto que se lee. Mientras se está leyendo lo más importante es concentrarse en la idea que el autor trata de comunicar al lector, y no en la ubicación de las palabras en la página.

Movimiento de cabeza

Otro defecto común que el maestro podrá observar fácilmente es el movimiento de cabeza. Se presenta casi siempre cuando los estudiantes están nerviosos por su lectura o se esfuerzan por comprenderla, como durante el test de velocidad. El estudiante trata de apuntar con la nariz la palabra que está leyendo, de manera que a medida que progresa en el renglón su cabeza gira levemente, y cuando llega a su fin se sacude con rapidez, de modo que su nariz queda apuntando hacia el margen izquierdo y puede comenzar a leer el nuevo renglón. Es una tontería creer que este movimiento ayuda a la lectura. Los músculos oculares son suficientemente capaces de movilizar los ojos de una palabra a otra sin requerir la ayuda de los músculos del cuello. A veces yo hago bromas a mis estudiantes, preguntándoles si tienen "radar" en la nariz, o si los músculos de sus cuellos los ayudan a comprender.

A menudo, los estudiantes no se dan cuenta de que mueven la cabeza mientras leen. El maestro los observará en sus ejercicios, y si ve que lo hacen debe inmediatamente hacérselo notar.

Vocalización

Algunos lectores atrasados piensan que es necesario pronunciar en voz alta cada palabra que se lee, por lo general, de un modo bastante suave, en una especie de susurro para sí mismos: éste es un hábito indeseable. Su principal desventaja es que tiende a limitar la velocidad de la lectura a la rapidez verbal y, como hemos visto, la lectura silenciosa de la mayoría de los lectores normales es casi doblemente veloz que su habla. En los estudiantes más avanzados, este defecto puede ser eliminado, por su propio y consciente esfuerzo, quizá con la ayuda de unas pocas recomendaciones del maestro. La vocalización en los lectores principiantes es un defecto común; pero en el lector maduro se vuelve un rasgo muy indeseable.

Puede presentarse en diversas formas. A veces el lector mueve levemente los labios sin articular sonidos. Otras, hará movimientos con la lengua o la garganta, sin mover los labios. Hay incluso lectores que activan sus cuerdas vocales, lo que puede comprobarse colocando los dedos a lo largo de la laringe mientras se está leyendo: la vibración de las cuerdas vocales se siente fácilmente al tacto.

Al igual que la vocalización real, estas variedades de vocalización-movimiento de labios, de lengua y garganta, y de cuerdas vocales pueden ser eliminadas por medio del esfuerzo consciente del lector.

Una velocidad excesivamente baja en la lectura, es a menudo indicio de la existencia de algún tipo de vocalización.

Regresiones

Otro defecto de la lectura que el estudiante podrá observar mientras mira leer a otro, o en su propia lectura, es el de las "regresiones". Una regresión es un movimiento de retroceso a lo largo de un renglón de imprenta, para releer una palabra o frase. Se distingue fácilmente del "retorno externo", por lo general más largo. Algunas veces, una regresión tomará la forma de un repetido retorno sobre una palabra o frase, antes de proseguir con lo que continúa en el reglón. En líneas generales, las regresiones son un signo de lectura pobre. Todos los lectores hacen algunas regresiones, pero los buenos hacen muy pocas, y los malos muchas.

A veces, la regresión significa que el lector no ha comprendido bien una nueva palabra o frase y que desea analizarla otra vez. Si persigue este propósito, la regresión es justificable. Pero los lectores pobres tienden a hacer de las regresiones una costumbre, practicándola más de lo que necesitan. Se le deberá inculcar a la clase que cuando efectúan ejercicios de lectura nunca deben hacer regresiones. Si los estudiantes lo necesitan en razón de que las frases son difíciles o el vocabulario complejo, entonces el material para ejercitación está en un nivel equivocado con respecto a ellos y debe elegirse un material más sencillo.

La costumbre de hacer demasiadas regresiones es la falta más común entre los malos lectores y posiblemente tenga su origen en el uso de material de lectura inapropiado.

Forzando al alumno a leer cosas muy complejas, se engendra el hábito de las regresiones.

Para curarlo, debe dársele una buena cantidad de lecturas fáciles.

Estimado estudiante;

Se le recomienda leer el tema presentado y llevarlo impreso para trabajarlo en la clase del 05/10/09 al 09/10/09